miércoles, junio 25

El motor feliz...

Érase una vez un viejo motor que si bien se veía "agradable" por fuera, en su interior era un desvencijo de piezas lo que realmente sucedía.

Fue así como un hermoso día, este motor se acercó a su taller de confianza para ser reparado y otra vez tener vida.

En dicho taller nueva energía se le imprimió, al cambiarle culatas, múltiple y carburador.

Una vez desarmado sus cilindros y pistones se hicieron cambiar y fue así como poco a poco este motor de la nada comenzó a resonar.


Ahora bien, una vez terminado el maquillaje inicial, ya solo era cuestión del motor volver a instalar para así poderlo poner a rugir y nuevamente hacerlo la vida sentir.









Fue así como el motor una vez puesto y funcionando al dedillo, era necesario sacarle a dar un paseillo.

Despegar el motor dicen unos sobre el acto, realmente esto fue mas un paseo y el motor la excusa para el pacto.


Fue así pues la forma como Luis, Edgar y El pájaro salieron un día, sin pensar en el clima a cumplir con el pacto, pensando de pronto que de atravesarse una cerveza se bebería en el acto.

Solo fue cuestión de tiempo para pedir descansar, abrir la capota para que el nuevo motor pudiera respirar.



Entretanto Luis y sus amigos disfrutaban del día con el sol en pleno pero la barriga vacía.


Fue por esto, que al cabo de un tiempo en la ciudad de Buga a la barriga se le dió contento.









Pidiendo una grande chuleta en la posada del verdadero Pepe, que mas que chuleta era una sábana inmensa que al hambre dejaba quieta.


Fue esta la historia de mucho contar de Luis, sus amigos y el motor que una vez se dejó reparar.



1 comentario:

Anónimo dijo...

la verdad ke con labarriga llena se hace tod mejor. buen día saludos